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El ex-nuncio en México Justo Mullor relata cómo descubrió las imposturas de Marcial Maciel

La entrevista de Valentina Alazraki puede leerse íntegramente en milenio.com y forma parte de un libro más amplio sobre Juan Pablo II.

 

Ofrece interesantes revelaciones sobre la relación del prelado con Marcial Maciel y sobre las relaciones de Maciel con el Papa.

 

A finales de los noventa, Justo Mullor creyó los testimonios de Alberto Athié y Antonio Roqueñí sobre la pederastia del fundador. Afirma que al intentar infructuosamente informar al papa de los hechos, dejó que la Congregación para la Doctrina de la fe concluyera la investigación que para entonces ya se había abierto.

En la entrevista se muestra partidario de que los que conocieron la verdad sobre el fundador y no informaron al papa, asuman su responsabilidad para limpiar el nombre de Juan Pablo II. Tiene la certeza moral de que Ratzinger sí informó al papa Juan Pablo II, al final de su vida,  de la extrema gravedad del caso Maciel y después envió a Mons. Scicluna a América a realizar la investigación que demostró que las acusaciones eran ciertas (2005).

El pseudo-fundador legionario fantaseaba ante el nuncio de cenar con Juan Pablo II y presentarle los nombres de sus candidatos a obispos en Latinoamérica. Maciel intentó hacer creer a Justo Mullor que su nombramiento de nuncio en México había sido propuesto por él.

06/12/2010 at 8:53 PM 1 comentario

Ni una palabra de disculpa para los Legionarios de Cristo estuprados por Maciel

En la entrevista que el P. Álvaro Corcuera ha realizado a la revista Milenio no menciona a las otras víctimas, las decenas de Legionarios que todavía hoy son sacerdotes de la Congregación, y siendo víctimas de abusos sexuales por parte de Maciel, han pasado su vida amordazados por un voto de silencio y contemplando cómo sus hermanos Legionarios endiosaban al hombre que les estupró, sin posibilidad de desahogarse ni siquiera con su Director Espiritual. ¡Menuda madre es la Legión, que olvida a los que más han sufrido entre sus hijos, solamente porque son servidores fieles y sumisos!

maciel alvaro

La mención del P. Álvaro a las víctimas fue:

“En México le pediré perdón a cada uno”

Nos dijo el viernes el vocero de la Legión, Javier Bravo, que habías ofrecido disculpas, en privado, a tres de las víctimas de Maciel. ¿Lo seguirás haciendo?
Sí. Yo tenía esa intención cuando fui a México. Pero se desató todo esto que hemos vivido en los días últimos en México.

¿Con quién hablaste?
Con el padre Félix Alarcón, que fue de los primeros que denunció estos actos. Lo fui a visitar a Madrid. Estuve un buen tiempo con él. Encontré una respuesta realmente extraordinaria, de un hombre muy bueno. Él me dijo: “Tú no hiciste estos actos”. Yo le dije que experimento la necesidad de acompañarle, de pedirle un perdón por lo que estos actos pudieran implicar, por no haber creído, porque el padre Maciel había negado estos actos. Luego he tenido algunas conversaciones con otras personas, con otros padres que me han pedido privacidad. He encontrado respuestas muy positivas. Tuve la oportunidad de hablar dos veces por teléfono con Juan José Vaca, un hombre que admiro, al que había conocido un poco antes de que yo fuese Legionario de Cristo. Y también dos conversaciones breves con don Saúl Barrales, que me apena muchísimo su enfermedad: creo que es un extraordinario hombre. Apenas pueda ir a México, desde luego que quiero acercarme a las demás personas, que aprecio profundamente y estoy seguro que necesitan una palabra y una manifestación de cercanía.

Una de esas personas es José Barba, el líder del grupo. Él dijo el viernes que en el comunicado no está explícito el perdón para ellos.
Yo creo que hay otras personas también que han sido afectadas por estos hechos tan tristes, tan difíciles. Me parecía difícil enumerar a todas las personas. Pero desde luego al padre Félix Alarcón, al licenciado José Barba, a Saúl Barrales, a Alejandro Espinosa, a Arturo Jurado, a los hermanos Pérez Oliveros, a Juan José Vaca. Y también es una cosa que veo providencial, desde los ojos de la fe y el lado humano, a Francisco González Parga. Cuando yo estaba en Irlanda hace muchos años tratando de aprender inglés, él fue el primero que me habló de la vocación sacerdotal. Le tengo una profunda gratitud, porque soy muy feliz como Legionario de Cristo, soy muy feliz con mi sacerdocio.

31/03/2010 at 10:49 AM 17 comentarios

Las otras víctimas de Maciel

León Klauze recoge en MILENIO el testimonio que transcribimos:

A mí nadie me cuenta lo que son los Legionarios de Cristo. Hace poco menos de 15 años conocí de cerca a una familia que —como muchas en México, España y América Latina— dedicó cuerpo y alma a difundir el mensaje del Reino de Cristo, el movimiento de apostolado creado por Marcial Maciel para reclutar hombres y mujeres dispuestos a “consagrar” su vida al servicio de la Legión. La mayoría de los jóvenes del Regnum Christi eran, en mi experiencia, de sectores sociales acomodados. La familia de mis amigos incluía a tres hijas, criadas bajo el más estricto esquema de valores, todos desde y para las enseñanzas de Maciel. Tuve el gusto de ser amigo de la hija mayor, una joven mujer con un círculo amplio de afectos, aficionada al baile y al canto. Apenas terminó la preparatoria, la chica en cuestión decidió “dar un año”, literalmente entregar 12 meses al apostolado del Reino de Cristo. A lo largo de ese año, a través de correspondencia primero habitual y luego obligadamente esporádica, pude atestiguar una transformación aterradora. Aislada por las reglas —las llamadas de familia y amigos restringidas y reguladas como en un sistema carcelario, la correspondencia leída previamente por algún “superior”— mi amiga poco a poco comenzó a desaparecer: su tono, su discurso y sus anhelos originales fueron reemplazados por los de un autómata. Aquello, para mí, no fue un año de apostolado durante el que se confirmó una vocación; fue un proceso de adoctrinamiento, un perverso lavado de cerebro. Al final, mi amiga decidió “consagrar” no sólo un año sino todos sus años al movimiento. Una de sus hermanas le siguió un par de años después.

Pero el proceso de deshumanización no terminó con la consagración. Con el paso del tiempo conocí las reglas que mi amiga y todas las demás señoritas consagradas soportaban. Desde un principio se recrudecieron la restricción y la vigilancia a las llamadas telefónicas. Las chicas tenían derecho a un número limitado de pertenencias, incluidas fotografías. El correo (en aquel tiempo no había versión electrónica) era intervenido. La vestimenta casual era inaceptable: las señoritas eran obligadas a vestir atuendos que, a mi parecer, recuerdan a una burka occidentalizada. Muchas terminaban por trabajar lo más lejos posible del seno familiar (mi amiga fue a Chile; su hermana, creo, a Irlanda). Recuerdo que las reglas para las visitas en persona en aquellos primeros años de “consagración” eran igualmente perturbadoras: un par de episodios de convivencia al año con lineamientos estrictos. En suma, las señoritas desaparecían, para cualquier consideración práctica, del entorno familiar, el mismo, por supuesto, que había financiado con puntualidad a la Legión y entregado su prole al movimiento. Según creo recordar, tampoco recibían autorización para asistir a fiesta alguna en sus lugares de origen fuera de fechas establecidas. Si alguien se casaba, si un niño nacía, si la familia estaba de plácemes: nada importaba —y quizá sigue sin importar. Las consagradas eran simplemente secuestradas para reafirmar una “vocación” que, de no preexistir, seguramente terminaba, digamos, por germinar.

ordenaciones sacerdotales

Nada de esto tendría mayor importancia, claro, de no ser por el hombre detrás de esos valores y sistema disciplinario. Ese es, me temo, el corazón del asunto. En casa de mis amigos, como en la de cualquier auténtico miembro de la Legión de Cristo, Marcial Maciel no era sólo el fundador del movimiento: era el dogma mismo. Con un respeto que rebasaba incluso a la figura papal, a Maciel se le llamaba “nuestro Padre”. Y eso era: el auténtico “alfa y omega”. La Legión y su padre fundador eran —y siguen siendo— uno mismo. Los Legionarios no pueden argumentar que es hora de “pasar la página” cuando Maciel era el libro entero. Para limpiar su nombre, la Legión debe, antes que nada, reconocer la importancia capital e ineludible de Marcial Maciel. Será una tarea difícil. No es lo mismo extirparse un tumor que arrancarse por entero la columna vertebral podrida. Pero de ahí debe partir cualquier discusión de las deudas de la Legión no sólo con las víctimas de abuso sexual de Maciel sino con las miles de mujeres y hombres que consagraron sus vidas en defensa de un movimiento creado y guiado por un monstruo hipócrita y cruel.

23/03/2010 at 10:10 AM 14 comentarios

Hablan los supuestos hijos de Maciel

06/03/2010 at 12:02 AM 3 comentarios

Pulso entre dos supuestos hijos de Maciel y los Legionarios: un silencio roto por no pagar veintiseis millones de dólares

Tras las declaraciones de los supuestos hijos de Maciel en la radio, y la escurridiza respuesta pública de los legionarios, las dos partes deberían acceder a realizar una prueba de ADN, puesto que ni la familia da pruebas contundentes de su relación con Maciel, ni los legionarios lo terminan de reconocer con claridad.

 En Todomaciel siempre hemos sido cautos ante la aparición de nuevos hijos de Maciel. Hasta ahora, las pruebas aportadas públicamente por la familia González Lara no son contundentes; sin embargo, el  comunicado emitido por los legionarios parece reconocer, otra vez sólo de soslayo, la paternidad del fundador, puesto que se solidariza con el sufrimiento de esta familia y de otros que han sufrido por el comportamiento del fundador.

Tras la entrevista de esta familia en la radio (http://noticiasmvs.com/Mi-padre-abuso-de-nosotros-Hijos-de-Maciel.html) y las consiguientes declaraciones legionarias (http://www.legionariesofchrist.org/articulos/articulo2.phtml?lc=id-28968_se-243_ca-703_te-475_rx-&csearch=703)  sólo podemos recomendar a ambas partes que se avengan a realizar una prueba de ADN, para lo que bastaría la colaboración de uno de los hermanos del pseudo-fundador legionario.

La familia de Raúl González intenta convertir el caso maciel en un reality show, tras la negativa de estos a indemnizarles con la elevadísima suma que reclaman, mientras los legionarios se defienden con esa cortesía suya tan irritante, por ser exquisita en las formas pero vacía de resoluciones. Ni lo uno ni lo otro. Sólo una prueba de ADN puede dar luz a este litigio. Si esos jóvenes son realmente hijos de Maciel, los legionarios deben asistirles económicamente. Pero llama la atención que en una hora de entrevista no se haya hablado del ADN.

04/03/2010 at 10:38 PM 20 comentarios

Estremecedor testimonio televisivo de las víctimas de Maciel

«Legionarios de Cristo: Los pecados de Marcial Maciel»: Así se llama el documental que se ha emitido en la televisión chilena en el que las víctimas del pseudo-fundador Maciel relatan en primera persona, no sólo cómo fueron estuprados por éste, sino también el calvario que pasaron al intentar sacar a la luz la verdad sobre un hombre al que se estaba canonizando en vida. Es particularmente estremecedor el testimonio de Felix Alarcón, sacerdote, explicando la frialdad que la Congregación religiosa y la misma iglesia ha tenido con las víctimas. Los superiores de la Legión deberían obligar a todos los Leginarios y miembros del RC a ver este documento, que desgraciadamente fue retirado de you tube en su versión española, pero del que ahora podemos ofrecer una versión subtitulada al francés.

27/08/2009 at 2:27 PM 4 comentarios

El Papa no lo sabía

– Santidad, le presento a Norma, mi barragana.

– Ah, encantado, que alegría conocerla. ¡A este P. Maciel no hay quien le pare, nos ha engañado a todos. Ahora una amante, que fundador tan polifacético! ¿Y esta morenita quién es?

– Pss. Es mi hija, Santo Padre, pide su bendición.

La situación es tan inverosimil que desmorona el argumento defendido estos días en internet: que Maciel presentó al Papa a su mujer y a su hija y éste supo quienes eran.

Es del todo probable que el P. Maciel haya llevado a Roma a su querida, que la haya paseado por el Vaticano y que haya conseguido pases privilegiados para una audiencia incluso privada, donde pudo presentársela al Papa. Pero seguro que lo hizo disfrazándola de benefactora de primera línea. Bastaba una sola palabra del pseudo-fundador: “atiendan a esta mujer, que nos está ayudando mucho” para que toda la maquinaria romana de la legión se volcase con la desconocida bienhechora. Seguro que habrá unas estupendas fotos de Norma y su hija con el Papa, quizá incluso se puso mantilla; seguro que alguna de las fotos adorna el salón del piso madrileño, pero es también seguro que Juan Pablo II no sabía quiénes eran esas mujeres. Decir que el Papa conoció los deslices del fundador, simplemente porque recibió en audiencia a Norma y a su hija, es una patraña.

05/07/2009 at 12:04 AM 2 comentarios

Carta a “la otra hija de Marcial Maciel”

Guadalajara, México

28 de Febrero de 2009

Mi querida Lucrecia: Me dejó perpleja tu carta que subiste a Internet. Estoy segura que has recibido infinidad de correos, quizá muchos de ellos apoyando todo lo que dices de “tu padre”, pero ¿a qué no has recibido una carta de la esposa de una víctima directa de Maciel? Lo que me asombra es la gran importancia que, como toda la prensa y los medios, le das a la “chiquilla” hija de Maciel, una travesurilla más de “tu Padre”, y que toda tu atención se centra en esta insignificante faltilla, si se le compara con los otros crímenes de lesa humanidad que cometió Maciel.

La total falta de sensibilidad para evaluar los daños causados por “tu padre” a más de 50 niños y jóvenes que estaban encomendados a su cuidado para prepararlos a una vida de castidad y de entrega a Dios en el sacerdocio, me hace pensar que esa carta no la escribió una mujer, sino un hombre: o un hombre de los enamorados de Maciel te mandó que la escribieras, para crear confusión y hacer olvidar sus verdaderamente graves pecados. 

La Pederastia es un pecado tremendísimo, y ya en el mundo se le considera y se le castiga como un crimen. Pero ahora me da la impresión que tú y algunos legionarios, tratan de taparlo reconociendo y dando a conocer al parecer por propia iniciativa, la noticia de la hija.

Tú no puedes ni siquiera imaginarte el daño moral, mental y físico tan grande que ese monstruo vestido de sotana le hizo a mi esposo que fue abusado a los 15 años por “ese tu padre” y así continuó “utilizándolo” por más de 10 años, extendiendo el engaño con el que había venido abusando de apostólicos, novicios y religiosos durante más de 4 décadas, muy probablemente cinco (1940-1980.- desde sus 20, hasta sus 60 años, y más…). Con mucha pena te puedo decir que mi esposo, que ex legionario, formó parte del “harén” de Maciel, repartido por todo el mundo en las diferentes casas de formación.

Y por lo que ahora se ve, “tu padre” se despachaba hombres y mujeres, ya sea para satisfacer su perversidad sexual (con sus discípulos), ya sea para seducir y sacar dinero a las mujeres con las que también tuvo relaciones. Pronto aparecerá un libro que te dará informes sobre esto también. ¿Dónde queda pues, la santidad de tu querido “padre”? No llevaba una doble vida, llevaba una vida completa de pecado, Por un lado de mentira y perversión sexual, y por otro de hipocresía y de sacrilegio, cubriendo todo con una apariencia de piedad.

Maciel fue un mago, un ilusionista, que pudo por un lado satisfacer todos sus más bajos instintos y confundir y engañar, no sólo a niños y jóvenes que habían puesto su confianza en él sino también haciendo creer a la gente bien intencionada y que no lo conocía de cerca, o ingenua, como tú, que era la perfección en persona, poco menos que Cristo en la tierra.

Este perverso asesino y devorador de almas, maltrató y destruyó de tal manera a mi querido esposo que a la fecha los daños físicos derivados de esas heridas del alma, son muchos, ¿con qué se le puede resarcir todo este daño? ¿De qué sirve, ante estas y otras tan tristes realidades, que estoy casi seguro tu ignoras, una cartita ñoña y sentimental como la tuya; cursi y cruel, pero con apariencia de piedad y de lealtad?Qué lástima me da que sientas tanto orgullo de ser la hija espiritual de Maciel, porque si tus pensamientos, tu espiritualidad, tu manera de ser, y de sentir, etc. son los de él, es muy probable que tengas también esas mismas horribles tendencias que él tuvo, y que tengas que pagar tus pecados como él seguramente los estará pagando en el infierno, cuando tú llegues allá.

Porque quiero ilustrarte un poco acerca del perdón de los pecados; Si hemos hecho daño a alguien con nuestros pecados, para que Dios nos perdone tenemos que arrepentirnos de verdad, y dentro de un verdadero arrepentimiento está el resarcir el daño en la medida de lo posible. Y este hombre, no sólo les robó a tantos su virginidad y su castidad, y a muchos su fe en Dios, sino que cuando lo denunciaron “con verdad”, en lugar de confesar sus faltas y pedir perdón, las negó con juramento,”públicamente”, mediante la prensa, llamando a sus acusadores  mentirosos, calumniadores y mal intencionados. Y una “detracción pública” sólo la perdona Dios con una “confesión pública”, cosa que él nunca tuvo el valor de hacer.

Así que, ¿Tú crees que una persona que cree en Jesucristo puede actuar de la forma en que actuó Maciel? Ese pobre hombre no tenía la mente de Cristo, tenía la mente de Maquiavelo o de Hitler, seres sin duda extraordinarios, en quienes la maldad sobrepasa todos los estándares del común de la humanidad pecadora. Son seres cuya vida está llena de perversidades y astucia diabólica.  Satanás les da el poder de manipulación y dominio que les capacita para apoderarse de la mente y del corazón de la gente para hacer con ella lo que se les antoje.

Tú y cientos de miles de personas han sido también sus víctimas, y son un ejemplo de ello: de lavado de cerebro, de enajenación y están tan ciegos, que aún ahora, contra todas las evidencias, se ponen a decir cosas que a los que nos arruinó la vida nos parecen grotescas, fuera de toda lógica y contexto.

¿Qué no te has enterado de las declaraciones de dolor y desilusión hechas ya al presente por muchos Legionarios que después de defender a su fundador apasionadamente,  han por fin cedido ante las evidencias de su escandalosa vida  y se han sentido traicionados por él en lo más sagrado de su conciencia? ¿O te crees con más discernimiento que el P. Alvaro Corcuera, o el P. Juan Pedro Oriol…etc.?

Realmente, ¿Qué otra oportunidad tuviste de conocer de cerca a Maciel, que el verlo de vez en cuando celebrar misa y pasear por los jardines? ¿Cómo te puedes aventurar a poner la mano sobre el fuego por él? La Palabra de Dios dice que “Maldito el hombre que confía en el hombre”. No quieras caer tú bajo esa maldición.Yo te aconsejaría que leyeras la Biblia para que te enteraras de lo que dice Dios respecto de los que pecan y no se arrepienten sino que se endurecen en el pecado durante mucho tiempo. Tú te concretaste a leer las cartas apócrifas de Maciel. Cartas que le escribían otros, y que a veces ni siquiera revisaba antes de firmarlas. Mi esposo fue uno de los que las escribieron.

Como ves, “Tu Padre”, por añadidura, no tenía ninguna riqueza intelectual como tú has creído, era de lo más ignorante, aunque sí, muy hábil para sacarle el dinero a la gente. Nunca cursó estudios filosóficos ni teológicos y está incluso en duda la validez de su ordenación sacerdotal. Investiga la verdad y te encontrarás con muchas sorpresas.

¿Vida de oración?, ¿a qué horas? Sólo cuando quería “apantallar” a los que lo veían. Él nunca leía la Biblia, ni siquiera el breviario, la misa la celebraba sólo cuando consideraba que “tenía que hacerlo” para cubrir apariencias,  en sus “escapadas frecuentes”, se iba a los mejores hoteles de las grandes ciudades, con alguno de sus “lindos jovencitos” y se la pasaba en la cama, leyendo  revistas mundanas como el Oggi, el Hola y todas las de ese tipo: Gente; Paris Match en español, (porque no sabía francés, ni inglés, ni latín, como tú crees), y el Italiano que hablaba era un italiano champurreado, muy, pero muy defectuoso. Consulta a los que lo conocieron de cerca, y verás.

Y ya para terminar, no te confíes en que “tu padre” esté ahora en el cielo. Aunque yo sí se lo desee, y crea ardientemente en que Dios es misericordioso y bueno, pero no consta que Maciel se haya arrepentido, ni parece probable.

Finalmente, no creas que nos vayamos al cielo por nuestras buenas obras, (como las que supuestamente hizo Maciel a la Iglesia), nos vamos al cielo si verdaderamente creemos y ponemos nuestra confianza en el Sacrificio Redentor que sufrió Jesucristo por nosotros y nos mantenemos congruentes con esa fe y consagramos todo lo que hacemos a Cristo, Pero Maciel,  por lo que se sabe de él ya con toda claridad, hizo todo lo que hizo para ensalzar su nombre y crearse una imagen que no correspondía a la realidad de su vida.

Y aunque es de admirarse una astucia como la de él con la que pudo engañar por décadas a miles de gente, incluyendo a Obispos, Cardenales y a algunos Papas, ten por seguro que a Dios no lo engañó, y dice la Sagrada Escritura que “De Dios nadie se burla” y que “terrible cosa es caer en manos del Dios vivo”, cuando nos hemos querido burlar de su amor y misericordia.No sigas defendiendo la obra de Maciel para que cuando llegues al cielo, al Gran Tribunal de Cristo, no te encuentres con la gran sorpresa de que no eras la hija de Maciel sino la“¡LA HIJA DEL DIABLO!”

Atentamente

Ma. Esther de González.

26/05/2009 at 8:57 PM 11 comentarios

También engañó a Juan Pablo II

Si nos atenemos a la opinión mayoritaria en Internet y en la prensa mexicana, Juan Pablo II sale mal parado en el penoso espectáculo de los vicios del pseudo-fundador legionario. El Papa habría sido un encubridor que miró para otro lado. Nada más lejos de la realidad.

Juan Pablo II fue una víctima más del taimado Maciel. Todavía no llevaba un año en el pontificado cuando recibía en el Vaticano a los Legionarios de Cristo de Roma, un grupo de doscientos estudiantes estratégicamente entrenado y acrecentado con jóvenes traídos de todos “los frentes” legionarios. El Papa quedaba admirado ante este ejercito espiritual, todos ensotanados y con roquete, todos guardando una escrupulosa uniformidad, nada de melenas y barbas. ¡Qué distintos a los seminaristas de Roma en su aspecto externo! Más bien, la estampa le recuerda al Papa a los seminarios de Polonia.

El Papa con los legionarios 1979

Juan Pablo II descubre que tiene ante sí una nueva fuerza espiritual para una renovación de la Iglesia que ya diseña en su mente. Su discurso a los legionarios no puede ser más elocuente:

Al contemplar ante mí a tan numerosos miembros de vuestra familia religiosa, acompañados por vuestro fundador, vienen a mi mente las palabras del Génesis: nos hablan de la divina asistencia que multiplica la descendencia con el favor de su bendición…

Sois una joven familia religiosa que busca creciente dinamismo para ofrecer a la Iglesia una nueva aportación de energías vivas en el momento actual.

Siete meses después el Papa visitaría la parroquia que los legionarios regentan en Roma. Come en el colegio junto al fundador, los formadores y los estudiantes. En la mesa del Papa se sientan algunos hermanos escogidos por su buen parecer y don de gentes. Juan Pablo II empezará a contar con la pujante Congregación. Sacerdotes legionarios desembarcan progresivamente en los despachos vaticanos. -los jesuitas pierden fuerza, y la ganan el Opus y la Legión- se comenta en la Curia. El maestro de ceremonias, Mons. Marini, cuenta con ellos asiduamente para acolitar las celebraciones. El fundador comparte mesa en repetidas ocasiones con el Papa, en Roma, en México, y allí siempre se muestra ardoroso defensor de Cristo y de la Iglesia. Habla sin sabiduría humana, pero con un corazón polarizado por la misión de evangelizar el mundo. Todo culminará con la designación de Marcial Maciel como Consultor de la Congregación para el clero, tras la publicación del libro la formación integral del sacerdote que el P. Gonzalo Miranda, L.C. y otros “negros” escribieron por Maciel.

Maciel y Juan Pablo II en 1979

Pronto los legionarios, astutamente gentiles y complacientes, se ganarán el corazón del secretario particular, D. Stanislao Dziwisz, al que le llega todas las semanas un envío de fruta tropical de México “para el Papa”. Cada año, los regalos navideños son minuciosamente elegidos, supervisados por el propio Maciel, y envueltos con mimo y elegancia. Nunca faltaba la felicitación de cumpleaños y otras gratificaciones personales. El Secretario de Estado, Card. Angelo Sodano, también se dejó agasajar. Pasará varios veranos en Términi, junto a su hermana, hospedado y atendido por los propios legionarios, y recibiendo siempre la oportuna visita del fundador. Más tarde, cuando el Papa sea ya un anciano, será este cardenal, segundo de abordo en el Vaticano, quien junto a D. Stanislao, frene toda la investigación en la que la Congregación para la Doctrina de la Fe, dirigida por el Card. Ratzinger, encuentra pruebas de que las acusaciones de pederastia son ciertas, además de descubrir otros vicios que no han salido a la luz.

Ni una palabra de la investigación llega al Papa, lacerado por la enfermedad. Sus dos colaboradores inmediatos actúan como filtros que impiden al Card. Ratzinger continuar con su investigación. -Todo son maledicencias de los enemigos de la Iglesia- le dirán al Papa.

Juan Pablo II murió pensando que Maciel era un hombre santo y que la Legión de Cristo era un oasis en el desierto vocacional y disciplinar por el que pasaba la Iglesia. Vio en ellos una réplica de los seminarios polacos que él conocía tan bien. Como tantos otros, el Papa no podía imaginar que todo ese fruto de vocaciones, instituciones educativas, casas religiosas y seglares comprometidos, llevaba en su interior el veneno de la serpiente, el más astuto de todos los animales. Maciel, como hijo primogénito del pecado, también encandiló a Juan Pablo II y le convenció de que era un hombre santo.

Maciel concelebra con el Papa

13/05/2009 at 10:50 AM


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