La sierva de Dios Maura Degollado Guizar

Hemos analizado la página web en la que los Legionarios de Cristo, postuladores de la Causa de beatificación de la madre de Maciel, siguen presentándola como santa. 

 

Si los Legionarios de Cristo no actúan, debería hacerlo la Congregación para las Causas de los Santos: el pueblo cristiano necesita una aclaración sobre este bochornoso proceso de beatificación abierto en Roma, y que hoy es parte de la gran estafa que ha supuesto el pseudo-fundador. Si esta mujer vivió con heroicidad las virtudes, que nos digan en qué; en otro caso, la Santa Sede debería sobreseer el proceso y comunicar este sobreseimiento públicamente.

En la presentación de las virtudes heroicas de la sierva de Dios, los legionarios dicen:

“Todas sus aflicciones y penas las sabía remitir a Dios para que se cumpliera siempre su voluntad. En ese clima germinó la llamada al sacerdocio de uno de sus hijos, el P. Marcial Maciel, Fundador de los Legionarios de Cristo y del Movimiento Regnum Christi”.

Hoy sabemos que Mama Maurita no tuvo demasiado éxito en la educación en la fe de su hijo Maciel, de quien la Santa Sede ha dicho que tuvo una vida “sin escrúpulos ni auténtico sentimiento religioso”.

Los legionarios, testarudos como nadie, incluso se atreven a incluir una cita del delincuente sobre su madre:

Sobre la heroicidad de su vida cristiana, a todo lo que asciende el saldo según la página web es a lo siguiente:

Durante el adviento cada uno de sus hijos era representado por un borreguito, que se acercaba o se alejaba del pesebre según se portara. En Navidad ella preparaba con gran cariño el nacimiento. Ella misma tejía la ropita con la que adornaría la imagen del Niño Dios, le cantaba, lo abrazaba, lo besaba… Entronizó la imagen del Sagrado Corazón en su casa y en su habitación. Nunca se apagó la lamparita de aceite ni hubo flores marchitas a los pies del Sagrado Corazón.

Su pasión de amor la hizo una mujer de sagrario: asistía a dos o tres misas diarias, recibiendo toda su vida la comunión, incluso en medio de la persecución religiosa.

Lo que no dicen es que entre rezo y rezo siempre había algún cigarrillo, y que el whisky no faltaba en las partidas de cartas con las que llenaba su tiempo. 

Y todavía presentan otro testimonio de Marcial Maciel, que es parte de una mentira más amplia del lascivo embaucador sobre los supuestos leprosos de Cotija:

También podemos preguntarnos si Dios escuchaba las oraciones de esta santa, ya que la página web de la postulación nos presenta una carta escrita por ella en la que dice:

Siempre estoy encomendándote a Dios y rogándole a mi Madrecita del cielo que te consuele si estás triste, que te acaricie, que te acompañe siempre, que te ayude hasta subir con tu cruz, alegre y feliz, hasta llegar al cielo. Pienso siempre qué pesada ha sido la cruz que llevas sobre tus hombros; pero nuestro Señor está contigo, y dará fuerzas y alegría como hasta ahora la has llevado.

En realidad, Maura Degollado, en lo que sí tuvo que demostrar una paciencia heroica fue en sobrellevar los devaneos, violencias y borracheras de su marido, y en mediar en las constantes disputas y desavenencias entre sus hijos, incluido Marcial, por todo tipo de motivos.

En definitiva, todo esto nos hace ver que los legionarios siguen aferrados a Maciel y que no están dispuestos a ofrecer nada de luz sobre los falsos mitos que el propio fundador construyó en torno a su biografía.